Sangran sus manos
y llora su alma,
poco a poco,
mientras la impotencia se apodera de su ser
y la vuelven inexpresiva,
no más sentimientos.
Queman sus ojos
y hieren las entrañas,
poco a poco,
mientras la ira y la frustración
la arrastran colina abajo,
inquebrantable,
no más dolor.
Bate sus alas y pierde la luz,
el rumbo y el camino.
Hace tiempo que yace perdida en aquel laberinto,
sin entrada, sin salida.
Bate sus alas y queda atrapada,
en el lodo, en sus propias entrañas.
Hace tiempo que la soledad es su acompañante,
impasible,
no más voz.
Ríe el tiempo
y aplaude aquel fantasma.
Mientras ella recoge,
poco a poco,
las piezas de su puzzle,
inalterable,
no más odio.
Corre la música
y pasan las nubes,
poco a poco.
Mientras entre los resquicios de los arboles caídos,
se burla la inocencia,
irreconocible,
nunca más persona.
Por fin vulnerable,
por fin atrapada,
nunca mas recordada.
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